A partir del análisis temporal y la visión del ecólogo (Matteucci, 1998 y 2003), es posible comprender "lo que hacían", es decir, cómo se comportaban los ecosistemas bajo la presión de pulsos naturales (adámoli etal., 1990; Barquez, 1997) y cómo fueron cambiando los efectos de los mismos al intervenir el hombre como modificador de su frecuencia e intensidad.
Han sido varios los factores que pueden ser considerados como importantes elementos que participaron en el diseño y el rediseño de los paisajes del Chaco e influyeron de manera diferente en su transformación: el fuego (Kunst y Bravo, 2003; Herrera etal., 2003), las inundaciones, el sobrepastoreo, las labranzas, el desmonte, la exploración petrolera, las mangas de langosta y, muy particularmente, la mudanza o el traslado de los cauces (Cordini, 1947; Adámoli etal., 1927; Herrera etal., 2005)
Esos pulsos tuvieron distintas respuestas ecosistémicas (De la Cruz, 1998) en los diez períodos en que se divide la historia de la ocupación humana en el Chaco. En cada etapa la sociedad fue usando la oferta de la naturaleza de manera distinta (Bolsi, 1982) y se produjeron cambios en los usos del suelo.
Conocer la secuencia y el tipo de cambios producidos no es suficiente para pronosticar el futuro de los paisajes chaqueños, pero puede ser un recurso informativo inicial que ayude a identificar los procesos que involucraron y produjeron estas transformaciones (Bünstorf, 1982; Bücher, 1982).
En el uso de los recursos naturales chaqueños pueden distinguirse dos períodos: uno de cosecha ecosistémica y otro de agricultura generalizada, que se dividen en diez etapas.
PRIMERA ETAPA: DE LAS ETNIAS LOCALES
Quienes manejaban los elementos del paisaje eran pueblos indígenas que, lentamente, fueron incorporando las herramientas de cosecha ecosistémicas del blanco (Arenas, 2003; Maranta, 1987).
SEGUNDA ETAPA: DE LOS FRONTERIZOS Y MELEROS
El criollo entraba y salía de la frontera que separaba la tierra controlada por el blanco del dominio aborigen, en busca de miel y cera. Se introdujo el ganado cerca de los ríos.
TERCERA ETAPA: LOS PUESTOS GANADEROS
La tierra "conquistada" fue asignada a propietarios blancos y sus puesteros tomaron el control de los bordes de los predios y de la de tierra pública, e introdujeron rodeos mixtos. Se consolidó el reemplazo de herbívoros nativos por ungulados domésticos y de pastizal por arbustal.
CUARTA ETAPA: DURMIENTE Y POSTE
El sistema ferroviario y el alambrado crearon una fuerte demanda de madera imputrescible
QUINTA ETAPA: PRIMERA TANINERA
Empresas europeas de producción forestal-ganadera accedieron a cientos de miles de hectáreas y desarrollaron una actividad industrial que produjo extractos tánicos de los quebrachos colorados y extractos para aceites esenciales de palosanto (Bulnesía sarmientoi).
SEXTA ETAPA: COLONIA ALGODONERA
Ha ocupado con predios de menos de 50 ha los ecosistemas no anegadizos de herbáceas y, así, creó un paisaje abigarrado; ha desmontado lentamente el borde de fragmentos del bosque
SÉPTIMA ETAPA: EXPLORACIÓN Y EXPLOTACIÓN PETROLERA
La construcción de una red de picadas de exploración se consolidó en los 70 como un sistema de corredores transgresivos a paisajes diversos y como una vía de penetración a ecosistemas vírgenes para obrajeros, cazadores, puesteros, topógrafos, científicos, coleccionistas de fauna y flora, "arriadores" de aborígenes a la zafra azucarera, fuerzas de seguridad y contrabandistas. Funcionó como una red facilitadora de defaunación, explotación forestal y pastoreo, en los fragmentos que habían conservado alta diversidad biótica.
OCTAVA ETAPA: AGRICULTURIZACIÓN
Corresponde al fenómeno global llamado "Revolución Verde" (Pengue, 2005), por el cual los rindes aumentaron debido a una agricultura de crecientes insumos externos, en la que se manifestaba la capacidad de respuesta de los cultivares e híbridos al fertilizante, la maquinaria o el riego. Los ciclos de vida cortos permitían el doble cultivo; en el Chaco se han alternado el trigo, al algodón y más tarde la soja, por lo que así desaparecieron los períodos de barbecho. Esta nueva agricultura incorporó agroquímicos de alta toxicidad y su modalidad de aplicación hizo estragos. En la región pampeana, producir grano se volvió más rentable y se comenzó a competir por la tierra, por lo que gran parte de la actividad ganadera inició un primer traslado al Chaco y el Espinal en el proceso paralelo llamado "ganaderización". Éste ha sido el período de venta masiva de tierra pública sin normativas de manejo; quien compraba podía hacer lo que le placiera con la biota, con el agua y con el suelo (Pengue, 2005)
NOVENA ETAPA: SEGUNDA TANINERA
Con la modernización de las fábricas y la diversificación de la demanda de productos (Goin, 2005, in litt.), la industria taninera cambió de óptica en cuanto al manejo del bosque e inició una etapa experimental de uso sustentable del mismo y de mejoramiento genético de las especies clave.
El sector privado y el público, como UNITAN-INTA -Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria- (Goin, 2005), desarrollaron un programa de fitomejoramiento de nativas y produjeron material para la plantación y el enriquecimiento de los quebrachales degradados de chacereros y grandes propietarios (Barrett, 1997).
DÉCIMA ETAPA: LA PAMPEANIZACIÓN DEL CHACO
Combina una agricultura de altos insumos, excepcionalmente rentable en el corto plazo, con ganadería en pasturas implantadas. Los rindes y los precios permiten costear desmontes masivos, ya que la única tierra con vegetación natural disponible son los arbustales y los bosques. Se caracteriza por la celeridad de la ocupación (Grau et al., 2005) de bosques explotados. "Pampeanizar" significa pensar y actuar como si los paquetes tecnológicos y los tipos de uso del suelo fueran intercambiables entre ecorregiones muy distintas, y que todo lo que se hace en la Ecorregión Pampa puede hacerse en el Chaco (Pengue, 2005). Es lógico que aparezcan rápidamente consecuencias ambientales y sociales de este proceso de fuerte incorporación tecnológica y capital. El concepto incluye el supuesto de que los ecosistemas naturales funcionan y responden de manera similar, y que los suelos castaños forestales y los Brunizen, también. La soja es el cultivo estrella, y tanto en las pampas como en la ecorregión chaqueña la demanda por nuevas tierras parece irrefrenable. el desbosque no sólo afecta la biodiversidad, sino que también genera conflictos sociales no resueltos (Bradford, 2004). En este marco se modifica sustancialmente el tamaño de la unidad productiva sojera, que aumenta en detrimento de otras producciones (Pengue, 2004), pero subregionalmente el cultivo de algodón no ha perdido aún su vigencia y sigue siendo el organizador agroeconómico. Para el 2006 la soja liderará en superficie sembrada
Han sido varios los factores que pueden ser considerados como importantes elementos que participaron en el diseño y el rediseño de los paisajes del Chaco e influyeron de manera diferente en su transformación: el fuego (Kunst y Bravo, 2003; Herrera etal., 2003), las inundaciones, el sobrepastoreo, las labranzas, el desmonte, la exploración petrolera, las mangas de langosta y, muy particularmente, la mudanza o el traslado de los cauces (Cordini, 1947; Adámoli etal., 1927; Herrera etal., 2005)
Esos pulsos tuvieron distintas respuestas ecosistémicas (De la Cruz, 1998) en los diez períodos en que se divide la historia de la ocupación humana en el Chaco. En cada etapa la sociedad fue usando la oferta de la naturaleza de manera distinta (Bolsi, 1982) y se produjeron cambios en los usos del suelo.
Conocer la secuencia y el tipo de cambios producidos no es suficiente para pronosticar el futuro de los paisajes chaqueños, pero puede ser un recurso informativo inicial que ayude a identificar los procesos que involucraron y produjeron estas transformaciones (Bünstorf, 1982; Bücher, 1982).
En el uso de los recursos naturales chaqueños pueden distinguirse dos períodos: uno de cosecha ecosistémica y otro de agricultura generalizada, que se dividen en diez etapas.
PRIMERA ETAPA: DE LAS ETNIAS LOCALES
Quienes manejaban los elementos del paisaje eran pueblos indígenas que, lentamente, fueron incorporando las herramientas de cosecha ecosistémicas del blanco (Arenas, 2003; Maranta, 1987).
SEGUNDA ETAPA: DE LOS FRONTERIZOS Y MELEROS
El criollo entraba y salía de la frontera que separaba la tierra controlada por el blanco del dominio aborigen, en busca de miel y cera. Se introdujo el ganado cerca de los ríos.
TERCERA ETAPA: LOS PUESTOS GANADEROS
La tierra "conquistada" fue asignada a propietarios blancos y sus puesteros tomaron el control de los bordes de los predios y de la de tierra pública, e introdujeron rodeos mixtos. Se consolidó el reemplazo de herbívoros nativos por ungulados domésticos y de pastizal por arbustal.
CUARTA ETAPA: DURMIENTE Y POSTE
El sistema ferroviario y el alambrado crearon una fuerte demanda de madera imputrescible
QUINTA ETAPA: PRIMERA TANINERA
Empresas europeas de producción forestal-ganadera accedieron a cientos de miles de hectáreas y desarrollaron una actividad industrial que produjo extractos tánicos de los quebrachos colorados y extractos para aceites esenciales de palosanto (Bulnesía sarmientoi).
SEXTA ETAPA: COLONIA ALGODONERA
Ha ocupado con predios de menos de 50 ha los ecosistemas no anegadizos de herbáceas y, así, creó un paisaje abigarrado; ha desmontado lentamente el borde de fragmentos del bosque
SÉPTIMA ETAPA: EXPLORACIÓN Y EXPLOTACIÓN PETROLERA
La construcción de una red de picadas de exploración se consolidó en los 70 como un sistema de corredores transgresivos a paisajes diversos y como una vía de penetración a ecosistemas vírgenes para obrajeros, cazadores, puesteros, topógrafos, científicos, coleccionistas de fauna y flora, "arriadores" de aborígenes a la zafra azucarera, fuerzas de seguridad y contrabandistas. Funcionó como una red facilitadora de defaunación, explotación forestal y pastoreo, en los fragmentos que habían conservado alta diversidad biótica.
OCTAVA ETAPA: AGRICULTURIZACIÓN
Corresponde al fenómeno global llamado "Revolución Verde" (Pengue, 2005), por el cual los rindes aumentaron debido a una agricultura de crecientes insumos externos, en la que se manifestaba la capacidad de respuesta de los cultivares e híbridos al fertilizante, la maquinaria o el riego. Los ciclos de vida cortos permitían el doble cultivo; en el Chaco se han alternado el trigo, al algodón y más tarde la soja, por lo que así desaparecieron los períodos de barbecho. Esta nueva agricultura incorporó agroquímicos de alta toxicidad y su modalidad de aplicación hizo estragos. En la región pampeana, producir grano se volvió más rentable y se comenzó a competir por la tierra, por lo que gran parte de la actividad ganadera inició un primer traslado al Chaco y el Espinal en el proceso paralelo llamado "ganaderización". Éste ha sido el período de venta masiva de tierra pública sin normativas de manejo; quien compraba podía hacer lo que le placiera con la biota, con el agua y con el suelo (Pengue, 2005)
NOVENA ETAPA: SEGUNDA TANINERA
Con la modernización de las fábricas y la diversificación de la demanda de productos (Goin, 2005, in litt.), la industria taninera cambió de óptica en cuanto al manejo del bosque e inició una etapa experimental de uso sustentable del mismo y de mejoramiento genético de las especies clave.
El sector privado y el público, como UNITAN-INTA -Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria- (Goin, 2005), desarrollaron un programa de fitomejoramiento de nativas y produjeron material para la plantación y el enriquecimiento de los quebrachales degradados de chacereros y grandes propietarios (Barrett, 1997).
DÉCIMA ETAPA: LA PAMPEANIZACIÓN DEL CHACO
Combina una agricultura de altos insumos, excepcionalmente rentable en el corto plazo, con ganadería en pasturas implantadas. Los rindes y los precios permiten costear desmontes masivos, ya que la única tierra con vegetación natural disponible son los arbustales y los bosques. Se caracteriza por la celeridad de la ocupación (Grau et al., 2005) de bosques explotados. "Pampeanizar" significa pensar y actuar como si los paquetes tecnológicos y los tipos de uso del suelo fueran intercambiables entre ecorregiones muy distintas, y que todo lo que se hace en la Ecorregión Pampa puede hacerse en el Chaco (Pengue, 2005). Es lógico que aparezcan rápidamente consecuencias ambientales y sociales de este proceso de fuerte incorporación tecnológica y capital. El concepto incluye el supuesto de que los ecosistemas naturales funcionan y responden de manera similar, y que los suelos castaños forestales y los Brunizen, también. La soja es el cultivo estrella, y tanto en las pampas como en la ecorregión chaqueña la demanda por nuevas tierras parece irrefrenable. el desbosque no sólo afecta la biodiversidad, sino que también genera conflictos sociales no resueltos (Bradford, 2004). En este marco se modifica sustancialmente el tamaño de la unidad productiva sojera, que aumenta en detrimento de otras producciones (Pengue, 2004), pero subregionalmente el cultivo de algodón no ha perdido aún su vigencia y sigue siendo el organizador agroeconómico. Para el 2006 la soja liderará en superficie sembrada
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